martes, 28 de abril de 2020

ESTO ES LO QUE PASARÁ CUANDO ACABE EL CONFINAMIENTO EN LOS RESTAURANTES


Soy del equipo de los optimistas, ¡qué queréis que os diga! Quizás peco de iluso para algunos pero estoy convencido que la mayoría de los restaurantes que aguanten , y sepan aguantar la tormenta,  saldrán airosos de esta crisis. Que sí, que todo costará más, llenar los restaurantes será una tarea imposible a corto plazo, se tendrán que organizar los equipos de trabajo ante la nueva situación en un primer momento, que los restaurantes con una clientela nacional lo tendrán mucho más fácil que los que tienen mayoritariamente una clientela internacional... ¿Que habrán cadáveres por el camino? Sin ninguna duda ,pero el sector de la hostelería está más que acostumbrada  a lidiar en situaciones adversas. Las sucesivas crisis económicas, la crisis de la ley del tabaco, la crisis de la gripe aviar... En todas ellas el sector ha salido ganador y a pesar de que muchos tuvieron que cerrar sus puertas, al cabo de un tiempo  volvieron al negocio como asalariados, asesores o creando y reinventando su propio negocio.

Sí, es un sector muy sufrido pero muy fuerte, que no tiene en su gran mayoría ningún inconveniente para arremangarse y ponerse a trabajar como si no hubiera un mañana. Son unos currantes a los que nadie nunca les ha regalado nada. Que en su gran mayoría llevan trabajando en el sector desde los 18 años, muchas veces en cocinas pequeñas y calurosas, en ambientes  nada propicios para desarrollar su trabajo y que los fines de semana, Navidad y verano siempre han estado allí. ¿Por dinero? quizás,  pero sobretodo por pasión por su oficio y amor por la hostelería.

Y en base a esto estoy convencido que muchos saldrán airosos y que otros tantos volverán al sector al cabo de un tiempo. Porque si, porque lo llevan en la sangre y a pesar que en muchas ocasiones han pensado tirar la toalla y enviar todo su trabajo por el retrete, se han levantado al día siguiente con las mismas ganas con las que empezaron hace años a cocinar.
Y esto pasa porque son hosteleros. Gente a los que les gusta acoger a sus clientes, que disfrutan creando o copiando platos, que apuestan por la calidad, que les gusta tener una cuenta corriente saneada, ¡sólo faltaría!,  pero que prefieren trabajar en algo que les apasiona sabiendo que en otros sectores trabajarían menos y cobrarían más, que tendrían fines de semana libres y en verano podrían ir a la playa o a la montaña con su familia. Esta ha sido su opción y están contentos de poder llevarla a cabo.

En este confinamiento estamos viendo a cocineros mostrando sus platos que después en casa los no profesionales y clientes intentaremos realizarlos. Y nos saldrán mal o al menos no tan bien  como en sus casas. Y tendremos ganas de probarlos de nuevo cuando toda esta pesadilla acabe. Claro que sí. ¡Que no será fácil (¿Dónde está escrito que el mundo de la hostelería ha sido nunca fácil?). Pero aquí estamos una legión de consumidores de restaurantes esperando a que ellos vuelvan abrir. ¡Os tenemos ganas! Tenemos ganas de probar aquel vino que el jefe de sala me recomiende, aquel que no sabíamos que existía. Hemos hecho tartars , pero el de nuestro restaurante de referencia es mucho mejor y que me lo haga ese camarero delante mío con su maestría . O ese pescado al horno, ese suquet, esa simple txuleta a la brasa o ese arroz que nos ha hecho hacer algunos km.

Que sí , que estamos esperando que abráis las puertas. Que nosotros estamos aquí. Que el delevery está bien pero queremos estar en vuestras casas. Os necesitamos más de lo que os pensáis. Y os queremos vivos y con ánimo. Con ese producto que sólo vosotros sabéis cocinar, con esas técnicas que tan solo vosotros sabéís realizar, con esa acogida que sólo vosotros sabéis  dar.
Cuando esto acabe nos vemos las caras. A algunos os he llamado por teléfono, con otros he hablado por whatsapp, y a otros muchos os he mencionado, compartido o escrito por redes sociales.
Estamos aquí. Somos vuestros clientes y tenemos ganas de volver a vuestra casa